Los hijos del expresidente Andrés Manuel López Obrador, particularmente José Ramón, Gonzalo Alfonso y Andrés Manuel, se encuentran en el centro de una ofensiva política y legal impulsada por el PAN. La ampliación de una denuncia por presuntos delitos como delincuencia organizada, tráfico de hidrocarburos y contrabando ha provocado una enérgica defensa por parte de José Ramón, quien acusa una campaña para "ensuciar" su nombre. Diputados federales del PAN ampliaron formalmente una denuncia ante la FGR para incluir a José Ramón y Gonzalo López Beltrán, junto a Salvador Camargo Viveros, por presunta conspiración y encubrimiento en una red de tráfico de hidrocarburos.
Esta acción se suma a la denuncia inicial que ya señalaba a su hermano Andrés Manuel López Beltrán.
La estrategia de la oposición busca vincular directamente al círculo familiar del expresidente con los grandes escándalos de corrupción de la 4T.
En respuesta, José Ramón López Beltrán utilizó sus redes sociales para declarar: “Enfrento acusaciones falsas que no tienen otro propósito más que intentar ensuciar mi nombre.
Ante la infamia, la verdad siempre prevalecerá”.
Aseguró que su reputación se ha construido “con años de trabajo, integridad y compromiso” y advirtió que no permitirá que sea utilizada como “moneda de juego por intereses ajenos”. Paralelamente, se ha revelado que los hijos del exmandatario han recurrido a juicios de amparo para protegerse contra posibles órdenes de aprehensión, aunque ha surgido controversia sobre quién promovió dichos recursos, lo que añade una capa de complejidad a su estrategia de defensa.
En resumenLa batalla legal y política contra los hijos del expresidente marca un significativo cambio en las dinámicas de poder, poniendo a prueba la influencia y la vulnerabilidad de la familia López Beltrán tras el fin del sexenio de AMLO. Este enfrentamiento establece un tono de alta confrontación entre Morena y la oposición de cara al futuro.