Sin embargo, críticos y especialistas en transparencia advierten que esta medida representa un retroceso.

Durante un foro, la comisionada del Infoem, Guadalupe Ramírez Peña, subrayó que aunque las instituciones desaparezcan, los derechos permanecen, afirmando que “los organismos pueden desaparecer, pero los derechos no.

La transparencia sigue siendo un instrumento vital para fortalecer la democracia”.

Este cambio se alinea con una tendencia nacional que ha puesto en la mira al Instituto Nacional de Transparencia (INAI) y que busca centralizar funciones previamente autónomas. En la Ciudad de México se está diseñando un modelo similar, el Instituto de Transparencia para el Pueblo, que estará sectorizado a la Contraloría General, aunque se promete que mantendrá autonomía presupuestal y de gestión.