Sheinbaum enfatizó que la vida de los servidores públicos “exige valores profundos, no lujos superfluos”, y cuestionó directamente la acumulación de riqueza ilícita al preguntar: “¿De qué sirve el dinero malhabido si con él se pierde la reputación y el legado? No hay riqueza que valga más que el honor”.

Su llamado a “mantener la rectitud cuando nadie mira” fue interpretado como una advertencia directa a los implicados en el escándalo de huachicol fiscal. Al mismo tiempo, respaldó a los actuales secretarios de Defensa y Marina, reconociendo su “entrega, valentía, honestidad y patriotismo”, en un intento por separar a la institución de los actos de individuos corruptos y reafirmar el compromiso de su gobierno con la integridad.