Una de las diferencias clave que destacó es su enfoque meticuloso y basado en datos: “Yo me meto más que él en los temas”, aseguró, atribuyendo esta característica a su formación como científica y su experiencia de 20 años trabajando con modelos matemáticos. Esta declaración busca contrarrestar la percepción de que sería una presidenta tutelada, desmintiendo los rumores de que “había un teléfono que me hablaba todos los días para decir qué hacer”. Analistas como Alan Riding señalan que, a diferencia de la tradición priista, Sheinbaum no buscará “matar políticamente” a su antecesor, lo que configura una transición de poder inédita en la política mexicana, donde la influencia de AMLO persiste pero la autoridad ejecutiva recae en un nuevo liderazgo con una visión más técnica.