Este hecho fue interpretado como una respuesta al desaire ocurrido en marzo, cuando dichos líderes le dieron la espalda a la entonces candidata para tomarse una fotografía.
Mientras la presidenta calificó las interpretaciones de “chismes”, Monreal comentó irónicamente: “Hoy nos encorralaron, para no cometer aquel error”.
Este manejo del espacio físico en un acto de alto perfil político es visto como una clara señal de quién ostenta el poder y define el círculo de confianza. A esta señal simbólica se suma la confrontación legislativa por la Ley de Amparo, donde Sheinbaum desautorizó públicamente una modificación impulsada desde el Senado por aliados de López Obrador, obligando a la Cámara de Diputados a corregir la plana. En su discurso, la presidenta también lanzó un mensaje contundente contra la corrupción, afirmando que “quien traicione al pueblo, quien robe al pueblo, enfrenta la justicia”, una declaración interpretada como una advertencia a figuras de su propio partido involucradas en escándalos recientes.












