La sanción se agravaría si la víctima fuera un servidor público. La iniciativa generó un rechazo inmediato y generalizado.

El coordinador de los diputados del PAN, Elías Lixa, la calificó como “absurda y trasnochada”, mientras que el líder del PRI, Rubén Moreira, la consideró propia de “gobiernos dictatoriales”. La controversia escaló al punto que Ricardo Monreal, líder de la mayoría en San Lázaro, tuvo que intervenir para frenarla.

“No va a pasar.

Se lo digo desde ahora”, sentenció Monreal, y añadió: “No hay que hacer nada que afecte la libertad de expresión. No hay que involucionar en los derechos humanos”. El coordinador morenista reconoció el derecho de los legisladores a presentar iniciativas, pero dejó claro que esta propuesta no contaba con el respaldo de la bancada y que él personalmente no la votaría.

Su intervención desactivó una polémica que amenazaba con posicionar a Morena como un partido censor.