El escándalo se intensifica al considerar que las compras se realizaron en efectivo, un método inusual para servidores públicos que levanta sospechas sobre el origen de los fondos. La primera adquisición data de 1992, pero la expansión de su patrimonio se aceleró a partir de 2018. En 2023, por ejemplo, adquirió su rancho más caro, valuado en tres millones de pesos.

Este caso se suma a otros señalamientos contra familiares del expresidente, como los viajes y compras de lujo de su hijo Andrés Manuel López Beltrán, erosionando la narrativa de austeridad y combate a la corrupción que ha sido una bandera de la Cuarta Transformación. La revelación pone en tela de juicio la congruencia entre el discurso político del movimiento y el comportamiento de sus figuras más cercanas, generando un debate sobre posible enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias.