Esta estrategia de “golpeteo encubierto”, operada a través de filtraciones, ha resultado insuficiente para desplazar a Adán Augusto de la coordinación de Morena en el Senado. La presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde, confirmó que no hay investigaciones internas contra el senador, pero anunció la expulsión definitiva de Bermúdez del partido, afirmando que “no existe impunidad ni complicidad”. Sin embargo, esta acción es vista como insuficiente por los críticos, quienes señalan que el problema estructural de la narcopolítica persiste. El analista Mario Ramírez de la UNAM critica que mientras Morena se quejaba de que García Luna “pactaba” con cárteles, Bermúdez “organizó” un cártel dentro del aparato estatal. Este caso, junto con otros escándalos de corrupción y nepotismo, ha afectado la imagen de Morena, que según encuestas, ha visto una caída en su popularidad.