En Huauchinango, Puebla, incluso reprendió públicamente al alcalde morenista Rogelio López Angulo por la falta de atención, declarando: “Usted me dice que sí trabajan, pero la gente me dice que no, y la verdad yo prefiero creerle a la gente”. Esta actitud proactiva y de confrontación con sus propios funcionarios define un liderazgo más ejecutivo y menos mediado por la narrativa de la conferencia matutina.

La presidenta ha coordinado personalmente el Comité Nacional de Emergencias, anunciando censos casa por casa y asegurando que “hay suficientes recursos” y que “no vamos a dejar a nadie desamparado”. Este manejo de crisis, aunque difícil, perfila un estilo de gobierno que busca mostrar empatía y acción directa, asumiendo los costos políticos de enfrentar el descontento cara a cara.