La respuesta del gobierno mexicano y sus aliados fue inmediata.
La presidenta nacional de Morena, Luisa María Alcalde, sostuvo que "desde que inició la 4T, existe una división nítida entre lo que es el Estado y lo que es el crimen", asegurando que hoy "no hay pactos ni complicidades" como en regímenes anteriores. En la misma línea, el secretario de Seguridad Pública Municipal de Juárez, César Omar Muñoz Morales, declaró: "nuestro país es gobernado por nuestros gobernantes...
No coincido con ese comentario".
Sin embargo, la declaración de Trump encontró eco en la oposición. El presidente del PRI, Alejandro Moreno, afirmó que, aunque pueda incomodar, lo dicho por el mandatario estadounidense "es la verdad", atribuyendo la responsabilidad directa a la llegada de Andrés Manuel López Obrador y su "gobierno cobarde, omiso y entregado". Esta divergencia de opiniones refleja la profunda polarización en la percepción de la seguridad en el país. Mientras el oficialismo defiende su estrategia y rechaza la injerencia extranjera, la oposición utiliza las declaraciones externas para criticar la política de seguridad del gobierno, evidenciando una fractura en el discurso nacional frente a un tema tan sensible como la influencia del crimen organizado en las estructuras de poder.












