Durante su conferencia matutina, refutó directamente las acusaciones, declarando que “México es de los países más democráticos del mundo” y que “nunca había habido tal libertad de expresión”.

Sheinbaum contraargumentó situando el origen del neoliberalismo, del cual Zedillo fue un actor clave, en una serie de “fraudes electorales y la compra del voto” en 1988, 2006 y 2012. Con esto, la presidenta no solo defiende su proyecto, sino que también cuestiona la legitimidad del modelo político que la precedió. Este enfrentamiento verbal representa una lucha por la narrativa histórica y política de México, confrontando la visión de la transición democrática de finales del siglo XX con el proyecto de la Cuarta Transformación.