Liderazgos locales, como los de Coahuila y la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, han manifestado que las alianzas a nivel estatal siguen siendo una necesidad pragmática para competir contra Morena. Esta divergencia entre la directriz nacional y las realidades locales expone una fractura en la estrategia del partido, que ahora deberá navegar entre su renovada apuesta por la pureza ideológica y las exigencias electorales de sus bastiones regionales.