El objetivo, según sus comunicados, es “reconstruir la izquierda progresista y democrática desde lo local” y fortalecer al PRD para que recupere su estatus como fuerza política nacional.

Este movimiento, encabezado por una nueva generación de líderes como Nora Arias de la CDMX, marca un deslinde explícito “de los partidos de derecha y de los dirigentes del pasado”, en una clara alusión a la desgastada alianza con el PAN y el PRI, así como a la vieja guardia del partido conocida como “Los Chuchos”. La creación del bloque también evidencia fracturas internas, como la ausencia de la dirigencia del Estado de México, liderada por Omar Ortega y alineada con el exdirigente Jesús Zambrano, quien parece seguir una estrategia distinta.

Esta reorganización es un intento de volver a sus raíces progresistas y reconstruir su base territorial, en un momento decisivo que determinará si el PRD puede resurgir o si su influencia política se extinguirá por completo.