La presidenta Claudia Sheinbaum rechazó categóricamente la medida, calificándola de “unilateral” y sin fundamento. En su conferencia matutina, Sheinbaum defendió la decisión de trasladar los vuelos de carga al AIFA como una “decisión soberana” por motivos de Protección Civil ante la saturación del AICM. La mandataria instruyó al canciller a solicitar una reunión con el secretario de Estado de EE.

UU., Marco Rubio, para revisar la medida, sugiriendo que podría haber intereses políticos detrás.

“No vaya a ser que haya un interés de otro tipo, como político, de apoyar a unas empresas frente a otras.

Lo que queremos es respeto”, apuntó Sheinbaum, reafirmando su postura con la frase: “México no es piñata de nadie, a México se le respeta”. Este conflicto escala la tensión en la relación bilateral, poniendo a prueba la capacidad de la nueva administración para defender un proyecto de infraestructura clave frente a la presión de su principal socio comercial.