Sheinbaum afirmó que revertir la medida sería “muy irresponsable” y pondría en riesgo a los usuarios.
“No creemos que se haya afectado la competencia de las líneas aéreas estadounidenses”, declaró, al tiempo que aseguró que ya existe una ruta de trabajo con el Departamento de Estado y el DOT para buscar una solución dialogada. Por su parte, el DOT sostiene que México ha incumplido el Acuerdo Bilateral de Servicios Aéreos al restringir vuelos y manipular horarios, negando a las aerolíneas estadounidenses la oportunidad de competir en igualdad de condiciones. A pesar de que el gobierno mexicano se comprometió a devolver los horarios de aterrizaje y despegue (slots) confiscados a empresas de EE.
UU., esto no se ha materializado.
La oposición, a través del presidente del PRI, Alejandro Moreno, ha calificado la situación como un “desastre provocado por Morena”, atribuyéndolo a la “incompetencia, la incapacidad y el capricho” del gobierno.
La presidenta Sheinbaum se reunió con directivos de Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus para trazar una línea de acción conjunta, insistiendo en que “a México se le respeta” y que no será “piñata de nadie”, mientras busca una solución diplomática a un conflicto que amenaza con afectar el turismo, el comercio y miles de empleos.












