A más de 31 años del magnicidio de Luis Donaldo Colosio, la Fiscalía General de la República (FGR) ha reactivado una de las teorías más polémicas del caso con la detención de Jorge Antonio Sánchez Ortega, exagente del extinto CISEN. La captura, ocurrida en Tijuana, lo posiciona nuevamente como el presunto “segundo tirador”, una hipótesis que revive el debate sobre un posible complot y encubrimiento de Estado. Sánchez Ortega fue detenido por primera vez el 23 de marzo de 1994 en Lomas Taurinas, minutos después del atentado. Su chamarra blanca manchada con sangre del candidato y el resultado positivo en la prueba de rodizonato de sodio, que detecta residuos de pólvora, lo convirtieron en un sospechoso clave. Sin embargo, fue liberado en menos de 24 horas por “falta de elementos”.
La investigación oficial concluyó que Mario Aburto Martínez actuó como un tirador solitario. La FGR, bajo la administración actual, reabrió el caso, argumentando que posee un “gran acervo de pruebas” que implican a Sánchez Ortega. En 2024, la fiscalía solicitó una orden de aprehensión en su contra, la cual fue negada por un juez, decisión que el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador criticó duramente. La FGR ha sostenido que la liberación inicial de Sánchez Ortega fue un “evidente encubrimiento delictivo” en el que habría intervenido Genaro García Luna, quien en 1994 era subdirector operativo del CISEN. La detención actual, ejecutada por la Policía Federal Ministerial, se realizó en cumplimiento de una orden federal.
El dirigente del PRI, Alejandro Moreno, ha calificado la reapertura del caso como una “caja china” del gobierno de Morena para “tapar el cochinero en el que tiene hundido al país”.
En resumenLa detención de Jorge Antonio Sánchez Ortega resucita la teoría de un complot en el asesinato de Colosio, poniendo en tela de juicio la versión del “tirador solitario” y apuntando a un posible encubrimiento institucional. Este movimiento de la FGR, criticado por la oposición como un distractor político, promete redefinir la narrativa de uno de los magnicidios más impactantes de la historia moderna de México y podría tener implicaciones sobre figuras políticas del pasado.