El movimiento, también llamado “La Sombreriza”, fue fundado por el propio Manzo, conocido como “El del sombrero”, para promover una política “cercana a la gente, sin vínculos con la corrupción ni con el crimen organizado”.

Tras su homicidio, el sombrero de palma que lo caracterizaba pasó de ser un emblema político a un símbolo de luto y exigencia de justicia. Las protestas del 15 de noviembre, en las que participaron miles de ciudadanos, estuvieron marcadas por consignas como “¡Carlos no murió, el Gobierno lo mató!” y “Todos somos Carlos Manzo”. La abuela del alcalde, Raquel Ceja, se ha convertido en una figura visible del movimiento, encabezando la marcha en la Ciudad de México y acusando directamente a figuras de Morena como responsables intelectuales del crimen. La viuda de Manzo y ahora alcaldesa, Grecia Quiroz, aunque se ha deslindado de la organización de las marchas, ha exigido que se investigue a los políticos que su esposo señaló en vida, manteniendo viva la llama del movimiento que él fundó.