La comparecencia de la secretaria de Bienestar, Ariadna Montiel, en la Cámara de Diputados se convirtió en un escenario de confrontación entre el gobierno y la oposición sobre la efectividad de la política social. Mientras la funcionaria defendió los logros de la Cuarta Transformación, asegurando que 13.4 millones de personas salieron de la pobreza, la oposición la acusó de presentar “las mentiras del bienestar” y de manipular cifras. Montiel afirmó que la inversión social acumulada desde 2019 supera los 4.5 billones de pesos y que actualmente 32 millones de personas reciben algún programa de bienestar. Sostuvo que la reducción de la pobreza es resultado de una “fórmula exitosa” que combina programas sociales y una recuperación salarial histórica. “Hemos reducido el número de pobres que ustedes nos heredaron”, espetó a la bancada del PAN, recordando que durante sus gobiernos “cada mes 60 mil personas caían en pobreza”.
Sin embargo, diputados del PAN y PRI refutaron los datos.
La panista Elizabeth Martínez afirmó que la reducción de la pobreza responde al ingreso laboral y no a los programas sociales, los cuales calificó de regresivos. El priista Christian Castro cuestionó la veracidad de las cifras tras la desaparición del Coneval, afirmando que “no se puede cantar victoria si las reglas de medición cambiaron y si el árbitro técnico desapareció”. El emecista Sergio Gil Rullán pidió a Montiel no actuar como “secretaria de partido”, acusando el uso electoral de los programas.
La secretaria rechazó las acusaciones y defendió la transparencia en la entrega de apoyos.
En resumenLa comparecencia de la secretaria de Bienestar evidenció la profunda división ideológica sobre la política social en México. Para el gobierno, los programas sociales son un éxito histórico en la reducción de la pobreza y la desigualdad. Para la oposición, son una herramienta clientelar con cifras maquilladas que ocultan la persistencia de carencias en salud y seguridad social, marcando un debate central en la arena política actual.