La última semana de la competencia ha estado marcada por una tensión sin precedentes. Tras una gala de nominación histórica, casi todos los habitantes, incluyendo a Shiky, Dalílah Polanco, Alexis Ayala, Aarón Mercury, Abelito y Aldo de Nigris, quedaron en la placa de eliminación, a excepción de Mar Contreras, quien se convirtió en la primera finalista.
Posteriormente, Abelito aseguró su lugar como el segundo finalista al ganar una prueba especial.
La nominación masiva fue resultado de una presunta “jugada maestra” de Shiky, aunque esta acción desató una ola de especulaciones en redes sociales, donde los seguidores acusaron a la producción de fraude y manipulación. Las teorías sugieren que se le indicaron los votos a Shiky para generar un resultado más dramático, alimentando la conversación en línea y manteniendo al programa en el centro del debate.
El impacto del programa trasciende sus muros, afectando a celebridades externas.
La influencer Wendy Guevara reveló que muchos artistas se niegan a visitar la casa por temor a ser “funados” o criticados masivamente en redes sociales, un reflejo del poder que ha adquirido la audiencia digital. Esta situación se materializó con la cancelación de la visita del cantante Carlos Rivera, planeada para apoyar a su amiga Dalílah Polanco, la cual fue suspendida debido a la ola de comentarios negativos hacia la participante. Este fenómeno subraya cómo el reality ha trascendido la pantalla para convertirse en un motor de la conversación digital, donde las acciones de los concursantes y las decisiones de la producción son analizadas y juzgadas en tiempo real por millones de espectadores.