Describieron la canción como un “himno sierreño omnipresente: ágil, épico y embriagador”.

La reacción en las redes sociales fue inmediata y polarizada.

Mientras algunos usuarios celebraron el reconocimiento internacional de un género auténticamente mexicano, muchos otros criticaron la decisión, considerándola una señal de decadencia musical y argumentando que se premió la popularidad sobre la calidad artística. Comentarios como “Estamos en el hoyo con la música de hoy” y acusaciones de que fue un “concurso de popularidad” inundaron plataformas como X. El debate refleja una tensión cultural entre las generaciones y los gustos musicales, así como el impacto innegable de las plataformas digitales en la definición del éxito y la relevancia cultural en la música contemporánea.