Bitcoin se desploma: el miedo y la incertidumbre dominan el mercado cripto



A finales de noviembre de 2025, el precio de Bitcoin experimentó una fuerte caída, llegando a tocar mínimos no vistos desde abril. La criptomoneda, que había alcanzado un pico de 126,080 dólares el 6 de octubre, se desplomó más de un 30% hasta niveles que rondaron los 81,000 dólares. Solo en el mes de noviembre, el activo acumuló una pérdida de aproximadamente 23%, marcando su peor desempeño mensual desde junio de 2022. Esta tendencia bajista se tradujo en una pérdida anual de entre 7% y 9.3% para 2025. La caída fue impulsada por una combinación de factores, principalmente un ajuste en las expectativas de los inversionistas sobre un posible recorte de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos. Un informe laboral estadounidense mejor de lo esperado redujo las probabilidades de un recorte en diciembre, disminuyendo el apetito por activos de riesgo. Esta situación provocó una oleada de liquidaciones forzadas de posiciones apalancadas, que alcanzaron casi 2 mil millones de dólares en un lapso de 24 horas. El sentimiento del mercado se hundió, como lo reflejó el indicador de Miedo y Codicia, que marcó niveles de "miedo extremo". El impacto se extendió a todo el ecosistema cripto.
La capitalización total del mercado cayó por debajo de los 3 billones de dólares por primera vez en siete meses.
Otras criptomonedas importantes como Ethereum, Cardano, Solana y Dogecoin registraron pérdidas de doble dígito.
Las acciones de empresas vinculadas al sector, como Strategy (antes MicroStrategy) y Coinbase, también sufrieron caídas, aunque algunas mostraron una ligera recuperación. Los inversionistas institucionales parecieron reacios a intervenir, como lo demostraron las salidas netas de 903 millones de dólares en los fondos cotizados (ETF) de Bitcoin en un solo día. Ante la pregunta de si es un buen momento para comprar, los análisis sugieren que no hay una respuesta simple. Si bien el precio es atractivo en comparación con sus máximos recientes, la alta volatilidad y la tendencia bajista acumulada persisten.
La decisión depende del perfil de riesgo y el horizonte de inversión de cada persona, ya que el mercado no garantiza un piso claro ni un comportamiento predecible a corto plazo.






