La Era Biométrica: La Nueva Identificación Digital Transforma Trámites en México y Estados Unidos



A partir de 2026, la Clave Única de Registro de Población (CURP) con datos biométricos se convertirá en el documento de identificación obligatorio en México. Impulsada por el Registro Nacional de Población (Renapo), esta nueva credencial vinculará la identidad legal de los ciudadanos con sus rasgos físicos únicos, como huellas dactilares, iris y fotografía del rostro. Su uso será indispensable para una amplia gama de trámites, incluyendo la apertura de cuentas bancarias, solicitud de créditos, gestiones en Afores, trámites fiscales ante el SAT, la emisión de pasaportes, la inscripción a programas sociales y la afiliación a servicios de salud como el IMSS y el ISSSTE.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ya ha comenzado a implementar esta tecnología.
Desde el 31 de octubre de 2025, el instituto exige datos biométricos, como reconocimiento facial y huellas digitales, para validar la identidad en trámites específicos a través de la aplicación IMSS Digital. Inicialmente, la medida aplica para la consulta de subsidios por incapacidad y la actualización de cuentas bancarias para el pago de los mismos. El sistema se ha implementado de forma progresiva, comenzando con trabajadores de plataformas digitales y se extenderá a todos los asegurados, siendo también un requisito indispensable para los pensionados de las leyes 73 y 97.
Esta modernización ha generado incertidumbre entre la población, especialmente en adultos mayores.
En Ciudad Madero, Tamaulipas, ciudadanos acuden a las oficinas del Registro Civil en busca de información, donde las autoridades han pedido no dejarse guiar por rumores, ya que aún no existen lineamientos oficiales completos sobre su implementación a nivel local.
La tendencia hacia la identificación biométrica no es exclusiva de México. En Estados Unidos, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en Eagle Pass, Texas, utiliza datos biométricos como huellas y fotografías para inspeccionar a personas que cruzan la frontera. Asimismo, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) ha propuesto una tarifa de 18 dólares para los viajeros aéreos que no presenten una identificación aprobada como la Real ID, ofreciendo un programa de verificación biométrica como alternativa, lo que subraya el papel creciente de esta tecnología en la seguridad y la identificación a nivel internacional.











