La Paradoja de 'La Casita': Cómo un Escenario Cercano Alejó a los Fans de Bad Bunny en México

La gira ‘Debí Tirar Más Fotos World Tour’ de Bad Bunny en la Ciudad de México ha generado una controversia significativa antes de su primer concierto. La instalación de un escenario secundario, conocido como ‘La Casita’, en una ubicación inesperada ha provocado el descontento de numerosos fans, obligando a la promotora OCESA a ofrecer reembolsos completos.

El origen de la polémica radica en ‘La Casita’, una estructura que emula una vivienda puertorriqueña y funciona como un segundo escenario donde el artista interpreta parte de su repertorio. Mientras que en conciertos anteriores, como en Puerto Rico, esta se integraba al escenario principal, para las fechas en el Estadio GNP Seguros se anunció su colocación en medio de la zona General B. Esta decisión beneficia a los asistentes con boletos de menor costo, pero perjudica a quienes adquirieron entradas en las zonas premium General A y Pits, pagando precios elevados con la expectativa de estar más cerca del cantante. La inconformidad se manifestó rápidamente en redes sociales, con múltiples quejas e incluso denuncias ante la Profeco por parte de los fans, quienes consideraron el cambio como una alteración sustancial de las condiciones del evento. En respuesta, OCESA emitió un comunicado reconociendo el descontento y confirmó la implementación de una medida para compensar a los afectados. La promotora anunció que los asistentes de las zonas General A, Pit A y Pit B podrán solicitar un reembolso total de su compra. De manera notable, la devolución incluirá los cargos por servicio. El trámite debe realizarse a través de la cuenta de Ticketmaster antes de la fecha límite del 9 de diciembre. Para ello, los usuarios deben ingresar a su orden, hacer clic en el botón de ayuda y seleccionar la opción para cancelar la compra. Según reportes de usuarios, el proceso ha sido más rápido de lo habitual.

La decisión ha generado reacciones mixtas entre los seguidores: por un lado, existe frustración por no recibir la experiencia por la que pagaron; por otro, hay alivio por la posibilidad de recuperar su inversión de forma íntegra. Esta situación ha marcado la previa de los conciertos en la capital, poniendo a prueba la relación entre los fans, la promotora y la boletera.