De la Suspensión a la Retractación: La Crisis Diplomática entre Petro y Trump Revela una Alianza Fracturada



El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ordenó suspender la cooperación de inteligencia con Estados Unidos en respuesta a los ataques del ejército estadounidense contra embarcaciones de presuntos narcotraficantes en el Caribe y el Pacífico.
Petro calificó estas acciones, que han causado al menos 75 muertes desde agosto, como “ejecuciones extrajudiciales” y afirmó que la lucha contra las drogas debe subordinarse a los derechos humanos, pidiendo incluso que se investigue al presidente Donald Trump por crímenes de guerra.
No obstante, la drástica medida fue revertida dos días después. El ministro del Interior, Armando Benedetti, declaró que la orden de Petro fue malinterpretada por la prensa y que la cooperación con agencias como la DEA y el FBI continuaría. Esta retractación se produjo tras recibir críticas de la oposición y de militares en Colombia, quienes consideraron la suspensión perjudicial. Fuentes gubernamentales señalaron que los anuncios de Petro en redes sociales sobre seguridad a menudo no son consultados con la cúpula militar.
Este enfrentamiento es el episodio más reciente en el progresivo deterioro de las relaciones entre ambas administraciones. El gobierno de Trump ha acusado a Petro de ser indulgente con el narcotráfico, ha retirado a Colombia de la lista de países aliados contra las drogas y le ha impuesto sanciones financieras al presidente y su familia, además de revocarle la visa. Por su parte, Petro ha sido un crítico constante de la política antidrogas de Washington, argumentando que se enfoca en los campesinos en lugar de los grandes capos. Los artículos describen a Petro como un líder confrontacional, un exguerrillero del M-19 que se convirtió en el primer presidente de izquierda de Colombia. Mientras sus admiradores lo ven como un político valiente, sus detractores lo consideran un líder temerario más enfocado en su imagen internacional que en gobernar. El choque con Trump es visto como una manifestación de su estilo político, que, según analistas, busca constantemente un adversario.









