Cuba intensifica ofensiva diplomática contra bloqueo estadounidense ante votación clave en la ONU



Ante la 80.ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, donde se votará la resolución 79/7 sobre la necesidad de poner fin al bloqueo, el embajador de Cuba en México, Marcos Rodríguez Costa, y el canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunciaron una campaña de “presiones sin precedentes” por parte de Estados Unidos. Según los funcionarios, Washington busca influir en países de América Latina y Europa para que modifiquen su tradicional respaldo a la resolución, que se votará los días 28 y 29 de octubre. El embajador Rodríguez Costa expuso el severo impacto económico de estas medidas, con pérdidas estimadas en más de 7,500 millones de dólares entre marzo de 2024 y febrero de 2025, lo que representa un incremento del 49% respecto al periodo anterior. Los daños acumulados en más de 60 años superan los 170 mil millones de dólares, afectando a todos los sectores, principalmente salud, educación, energía y turismo. La situación se agrava por la inclusión de Cuba en la lista estadounidense de países patrocinadores del terrorismo, lo cual obstaculiza las transacciones financieras internacionales y el envío de remesas. Una de las estrategias coercitivas más recientes de Washington, según el diplomático, es una campaña de desprestigio contra las misiones médicas cubanas en el extranjero, acusando a la isla de “trata de personas” y restringiendo visas a funcionarios de países que las reciben. Esta persecución, advirtió Rodríguez Costa, busca cortar fuentes de ingreso a Cuba y pone en riesgo la salud de miles de personas en más de 50 naciones donde laboran cerca de 60,000 profesionales de la salud cubanos. En México, actualmente hay más de 3,300 médicos cubanos en 21 estados. Cuba expresó su confianza en que mantendrá el respaldo casi unánime de la comunidad internacional, agradeciendo la “histórica solidaridad” de México, tanto del gobierno de Andrés Manuel López Obrador como del de Claudia Sheinbaum. Dicha colaboración bilateral incluye la presencia de las brigadas médicas, el envío de petróleo y la compra de insumos. Aunque la resolución de la ONU no es vinculante, La Habana la considera una prueba significativa del consenso mundial contra una política que califica de “cruel e ilegal”.










