
Debut de Guillermo Ochoa en Chipre



El guardameta mexicano de 40 años, Guillermo Ochoa, tuvo su primer partido oficial con el AEL Limassol en la cuarta jornada de la Primera División de Chipre, el cual terminó con una contundente derrota de 5-0. El rival fue el Omonia, líder de la competencia. Ochoa, quien fue titular y jugó los 90 minutos, recibió el primer gol a los 20 minutos y los cuatro restantes en la segunda mitad. Según los reportes, el portero tuvo participación directa en al menos dos de los tantos y recibió más goles en este encuentro que los que su equipo había concedido en toda la temporada.
La prensa chipriota reaccionó de inmediato al resultado.
Medios como Politis, Philenews y Phileleftheros calificaron el estreno de Ochoa como un "debut de pesadilla". El diario Phileleftheros describió que el Omonia redujo al AEL Limassol a "polvo y migajas", mientras que Match Cyprus tituló lo sucedido como "Un incendio contra el AEL", destacando la debilidad de la línea defensiva. A pesar de las críticas hacia el mexicano, gran parte de la responsabilidad también fue atribuida al entrenador del equipo, Paolo Tramezani, quien asumió la culpa por la derrota. Este amargo debut se produce en un momento crucial para Ochoa, quien busca mantenerse en ritmo de competencia para pelear por un puesto en la Selección Mexicana y asistir a su sexta Copa del Mundo en 2026. El arquero, que no fue convocado para la última Fecha FIFA, había estado inactivo por más de cuatro meses antes de este partido. La liga de Chipre es la séptima competencia europea en la carrera del veterano guardameta. Con esta derrota, el AEL Limassol se ubicó en la novena posición de la tabla con 4 puntos. Ochoa y su equipo tendrán la oportunidad de recuperarse el próximo sábado 27 de septiembre, cuando enfrenten al Akritas Chlorakas.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó polémica al amenazar con retirar partidos del Mundial 2026 a ciudades gobernadas por demócratas, como Seattle y San Francisco, si las considera inseguras. Durante su mensaje desde el Despacho Oval, Trump dijo: "Si creemos que alguna ciudad puede ser siquiera un poco peligrosa para el Mundial (...) dado que se juega en tantas sedes, no lo permitiremos. Moveremos un poco las cosas. Pero espero que no sea necesario". Trump hizo especial énfasis en Seattle y San Francisco, señalando que están gobernadas por lo que llamó "lunáticos de la izquierda radical que no saben lo que se hacen". Estas declaraciones generaron preocupación entre autoridades locales y aficionados, ya que ambas ciudades tienen estadios programados para recibir partidos del torneo. El Lumen Field de Seattle, hogar de los Seattle Seahawks de la NFL, albergará seis partidos del Mundial 2026. Por su parte, el Levi's Stadium, ubicado en Santa Clara y sede de los San Francisco 49ers, también será escenario de seis encuentros. Estos recintos son parte de las 11 sedes que Estados Unidos compartirá con México y Canadá en la organización del torneo. Trump también mencionó que medidas similares podrían aplicarse para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, lo que amplió la polémica sobre la seguridad y la gestión de eventos deportivos de gran magnitud en ciudades gobernadas por demócratas. Aunque Estados Unidos coorganiza el Mundial 2026, Trump no tiene autoridad legal para cambiar la sede de ningún partido. Sin embargo, el mandatario mantiene una relación cercana con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien sí tiene la capacidad de tomar decisiones sobre los lugares donde se jugarán los encuentros. Otras ciudades estadounidenses que recibirán partidos, como Los Ángeles, Nueva York, Atlanta, Houston, Boston o Philadelphia, también están gobernadas por demócratas, lo que podría generar más tensiones si el presidente decide intervenir o presionar para modificar sedes. El sorteo de la Copa del Mundo 2026 se realizará el próximo 5 de diciembre en Washington, con la asistencia prevista de Trump. La expectativa es conocer los grupos y enfrentar posibles disputas sobre la seguridad en las ciudades seleccionadas, un tema que ha ganado relevancia tras las declaraciones del mandatario. Analistas señalan que, más allá de la retórica política, cualquier cambio de sede sería complejo y requeriría de negociaciones internacionales, ya que el Mundial es un evento con reglas estrictas de organización y planificación a largo plazo.


