Chile ante la encrucijada: la izquierda y la ultraderecha se disputarán una presidencia marcada por la inseguridad



Jeannette Jara, del Partido Comunista, y José Antonio Kast, del Partido Republicano, disputarán la presidencia de Chile en la segunda vuelta del próximo 14 de diciembre. En la primera jornada electoral, Jara obtuvo la primera mayoría con un resultado que bordeó el 27% de los votos, seguida de cerca por Kast, quien alcanzó aproximadamente el 24%. Este resultado, más ajustado de lo que preveían las encuestas, obliga a un balotaje al no haber obtenido ningún candidato más del 50% de los sufragios en una elección que, según el Servicio Electoral (Servel), tuvo una participación histórica. La sorpresa de la jornada fue el populista de derecha Franco Parisi, quien se posicionó en tercer lugar con alrededor del 19% de los votos, superando al candidato ultraliberal Johannes Kaiser (casi 14%) y a la representante de la derecha tradicional, Evelyn Matthei (cerca del 13%). La suma de los votos de los candidatos de derecha y ultraderecha se acerca al 50%, lo que plantea un escenario complejo para Jara en la segunda vuelta. El resultado también confirma el hundimiento de la derecha tradicional y un notable crecimiento de la ultraderecha.
Tras conocerse los resultados, tanto Matthei como Kaiser reconocieron su derrota. Kaiser anunció de inmediato su respaldo a Kast para el balotaje. Matthei felicitó al candidato ultraderechista y, aunque se abstuvo de pedir explícitamente el voto por él, se confirmó que su coalición lo apoyará. Por su parte, Parisi indicó que los finalistas deberán "ganarse" los votos de sus seguidores. El presidente Gabriel Boric felicitó a ambos candidatos por su paso a la siguiente ronda y los instó a mantener un "debate con altura de miras". La campaña electoral estuvo dominada por la preocupación ciudadana ante el aumento de la inseguridad, el crimen y la migración irregular, temas que desplazaron otros anhelos de cambio. Kast, simpatizante de Augusto Pinochet, centró su discurso en la "mano dura", prometiendo deportaciones masivas y la construcción de un "escudo fronterizo".
Jara, exministra del gobierno de Boric, tuvo que adaptar su campaña, inicialmente enfocada en planes sociales, para proponer estrategias contra el crimen organizado, como el levantamiento del secreto bancario.










