Legados, Premios y Perfiles: Un Recorrido por el Mundo Literario Hispano

El mundo de las letras hispanas celebra a sus figuras, desde el reconocimiento a nuevas voces hasta la preservación del legado de autores consagrados que marcaron la historia.

En el marco del centenario de su natalicio, el legado de la escritora mexicana Rosario Castellanos (1925-1974) fue depositado en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes en Madrid. La donación, gestionada por la UNAM, incluye primeras ediciones de obras fundamentales como "Balún Canán", "Mujer que Sabe Latín" y "Ciudad Real", además de un álbum familiar con 24 fotografías.

Luis García Montero, director del instituto, destacó a Castellanos como una referente del feminismo y la literatura indigenista que enseñó a "desmontar por dentro los discursos establecidos" sobre lo femenino y lo indígena, subrayando su importancia para el pensamiento crítico.

Su hijo, Gabriel Guerra Castellanos, agradeció el homenaje a la labor de su madre en favor de las causas de los pueblos originarios y las mujeres. Ciro Murayama, del Centro de Estudios Mexicanos de la UNAM, afirmó que la figura de la autora ejemplifica la búsqueda de igualdad y justicia. En el ámbito de la literatura contemporánea, el escritor mexicano Emiliano Pérez Grovas Zapiain (1995) fue galardonado con el Premio Mauricio Achar Random House por su novela "Demasiado al norte". El jurado reconoció la obra por explorar "la extranjería del mundo y el malestar social de la desconexión emocional del individuo en la actualidad", destacando el manejo de un narrador poco fiable. La novela, que surgió de una experiencia personal del autor en Canadá, aborda la neurodiversidad y la discapacidad física. El premio consiste en 150 mil pesos y la publicación de la obra en 2026.

Paralelamente, se recuerda la figura única del escritor y pensador español Miguel de Unamuno y Jugo (1864-1936), descrito como novelista, poeta, ensayista y rector.

Su obra se caracteriza por la angustia religiosa, el deseo de inmortalidad y un profundo amor por Castilla. Su poesía, que él mismo definía como de "carne prieta", refleja el dolor de su destierro a Fuerteventura en 1924 por razones políticas. Su enfrentamiento con los generales nacionales en la Universidad de Salamanca en 1936 se mantiene como un símbolo de la vitalidad de la cultura frente a la violencia.