VIH en México: Entre el Aumento de Casos en Adultos Jóvenes y el Desafío de la Detección Oportuna

En el marco del Día Mundial del Sida, diversas entidades de México reportan un panorama complejo del VIH, marcado por un aumento en los diagnósticos en varios estados y una concentración de casos en la población adulta joven, mientras las autoridades de salud refuerzan las estrategias de detección temprana para controlar la epidemia.

A más de 40 años del inicio de la epidemia en México, el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) sigue presentando altas cifras de contagio, con un panorama heterogéneo a nivel estatal. A nivel nacional, se reportan 340,000 personas viviendo con VIH, siendo Quintana Roo, Colima, Yucatán, Campeche y Baja California los estados con mayor número de nuevos diagnósticos. Durante el primer semestre de 2025, se detectaron 1.3 millones de nuevas infecciones a nivel mundial, una cifra que superó las previsiones de la OMS.

Los informes estatales reflejan tendencias diversas.

Chihuahua, aunque ocupa el noveno lugar nacional en incidencia, registró un descenso con 597 nuevos casos en 2025, en comparación con los 730 de 2024. Por otro lado, Coahuila alcanzó su cifra más alta desde 2014 con 376 casos, y Yucatán experimentó un aumento del 10% en el primer semestre del año. En Morelos, el incremento a 533 diagnósticos se atribuye a una búsqueda intencionada por parte de las autoridades, mientras que en Mazatlán, Sinaloa, los 93 casos confirmados ya superan el total del año anterior. Un patrón demográfico consistente en todo el país es la alta incidencia en adultos de 25 a 44 años, grupo que concentra el 65% de los nuevos casos en Chihuahua y el 48% en Mazatlán. La transmisión afecta predominantemente a hombres, quienes representan más del 80% de los diagnósticos en estados como Chihuahua y Morelos. La vía de transmisión sexual sigue siendo la principal causa de contagio. En respuesta, las secretarías de salud y los Centros Ambulatorios para la Prevención y Atención en Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS) han intensificado las campañas de detección temprana y prevención. Estrategias como las Caravanas de la Salud, la distribución de condones y la disponibilidad de pruebas rápidas gratuitas buscan controlar la propagación. Sin embargo, expertos y funcionarios coinciden en que el estigma y la discriminación persisten como barreras significativas que impiden que las personas se realicen la prueba, retrasando el diagnóstico y el acceso a tratamientos antirretrovirales que son clave para una buena calidad de vida.