Más Allá de los Memes: El Día del Hombre y la Urgencia de Atender la Salud Masculina



El Día Internacional del Hombre se celebra oficialmente el 19 de noviembre, fecha establecida en 1999 en Trinidad y Tobago por el Dr. Jerome Teelucksingh con el respaldo de organizaciones como la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Aunque en algunos países de tradición católica se conmemora el 19 de marzo por el día de San José, la fecha de noviembre es la más extendida globalmente. Sus objetivos principales incluyen la promoción de modelos masculinos positivos de la vida cotidiana, el reconocimiento de las contribuciones de los hombres a la sociedad y la familia, y la mejora de las relaciones de género. Uno de los pilares fundamentales de la conmemoración es la salud masculina. Diversos reportes señalan que los hombres enfrentan desafíos críticos: su esperanza de vida es entre cuatro y cinco años menor que la de las mujeres, la tasa de suicidio es significativamente mayor y presentan un riesgo más elevado de padecer enfermedades graves. Estas cifras se vinculan con normas culturales y estereotipos de masculinidad que desincentivan la búsqueda de ayuda médica y emocional, llevando a diagnósticos tardíos y a la falta de atención a la salud mental. A pesar de la urgencia de estos temas, la fecha tiene una visibilidad limitada en comparación con el Día Internacional de la Mujer.
Su origen es más reciente y no está ligado a una lucha histórica, lo que contribuye a que pase desapercibido o sea objeto de memes en redes sociales. Los organizadores y organismos de salud aclaran que la conmemoración no busca competir con las causas feministas, sino complementarlas al abordar problemáticas específicas que afectan a hombres y niños, fomentando la equidad desde una perspectiva integral.
Finalmente, el Día del Hombre propone una reflexión sobre los modelos de masculinidad.
La jornada es una invitación a deconstruir estereotipos dañinos, como la obligación de ser emocionalmente herméticos o proveedores únicos, y a fomentar masculinidades más sanas, basadas en la empatía, la corresponsabilidad y la expresión emocional.
Este diálogo busca no solo mejorar el bienestar de los hombres, sino también construir una sociedad más segura y equitativa para todos.











