Escalada en el Caribe: Venezuela refuerza su defensa ante la presión militar de EE. UU. y el respaldo de Rusia



La tensión entre Estados Unidos y Venezuela ha escalado significativamente debido a un despliegue militar estadounidense en el mar Caribe, iniciado en agosto bajo el argumento de una operación antidrogas denominada “Lanza del Sur”. Washington acusa al presidente Nicolás Maduro de liderar un cartel de narcotráfico y ha realizado operaciones que han resultado en más de 80 muertes, calificadas por expertos como “ejecuciones sumarias”. Sin embargo, el gobierno venezolano sostiene que el verdadero objetivo es un “cambio de régimen” para controlar sus reservas de petróleo. Esta perspectiva es respaldada por datos de la ONU y la DEA que indican que Venezuela no es una ruta principal del narcotráfico hacia EE. UU.
Como respuesta a lo que considera una amenaza de invasión, Venezuela ha reforzado su capacidad militar.
Recientemente, juramentó a 5,600 nuevos soldados de entre 18 y 22 años, descritos como “combatientes revolucionarios, socialistas y profundamente chavistas”, entrenados en tácticas de resistencia.
Altos funcionarios, como el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, han declarado que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) está “más que preparada” para dar una “respuesta contundente” a cualquier agresión. El propio Maduro ha instado a los cuerpos de seguridad a prepararse para una “resistencia popular prolongada” y mantener un “plan de ofensiva permanente”.
La fuerza armada venezolana cuenta con unos 200,000 efectivos, además de 200,000 policías y millones de reservistas.
En el ámbito internacional, Venezuela ha recibido un respaldo explícito de Rusia.
El viceministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Riabkov, advirtió a Estados Unidos que evite un “conflicto a gran escala” y aseguró que Moscú está “hombro con hombro” con Caracas.
Cuba también ha mostrado su apoyo a través de una manifestación en La Habana. Otros gobiernos como los de México, Colombia y Brasil también han rechazado las acciones estadounidenses, incrementando la condena internacional a la escalada militar en la región.















