Omar García Harfuch lidera una nueva estrategia de seguridad contra los cárteles bajo el gobierno de Claudia Sheinbaum

El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, encabeza una agresiva ofensiva contra el crimen organizado en México, marcando un giro radical respecto a la política de la administración anterior y redefiniendo la cooperación con Estados Unidos.

Bajo la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, se ha convertido en el rostro de una nueva y agresiva estrategia contra los cárteles mexicanos, un enfoque que contrasta con la política de “abrazos, no balazos” de su predecesor. Según un perfil publicado por The New York Times, Harfuch ha consolidado el control de la estrategia de seguridad, siendo descrito como un “zar de la seguridad” y el principal punto de contacto con las agencias estadounidenses. La nueva estrategia se centra en reforzar la inteligencia, coordinar las fuerzas federales y estatales, y fortalecer a investigadores y fiscales. En los primeros 14 meses del gobierno, las autoridades reportan casi 39,000 detenciones por delitos violentos, la incautación de 20,000 armas y la destrucción de 1,760 laboratorios de drogas, cifras significativamente superiores a las del gobierno anterior. Como resultado, los datos gubernamentales muestran una disminución del 22% en los homicidios y del 15% en los robos con violencia.

Sin embargo, delitos como la extorsión, el secuestro y las desapariciones han aumentado un 3%, 3% y 9% respectivamente, y la percepción de inseguridad en la población ha subido al 63%. La cooperación con Estados Unidos se ha intensificado, con un mayor intercambio de inteligencia que incluye vuelos de vigilancia estadounidenses sobre México a petición del gobierno mexicano. Harfuch ha expresado confianza en que no habrá una intervención militar estadounidense, afirmando que lo que México necesita es “información” y no tropas, ya que cuenta con fuerzas especiales capacitadas.

Esta colaboración ha mejorado la relación con Washington, apaciguando las preocupaciones del gobierno de Donald Trump.

A pesar de los avances, analistas de seguridad advierten que los cárteles están demasiado arraigados, armados y son muy poderosos para ser erradicados.

El propio Harfuch reconoce que el debilitamiento de un grupo, como el Cártel de Sinaloa, puede fortalecer a su rival, el Cártel Jalisco Nueva Generación. Con el respaldo total de la presidenta Sheinbaum, con quien mantiene comunicación directa a través de un “teléfono rojo”, Harfuch es visto como el segundo funcionario más poderoso del gobierno y un posible sucesor presidencial en 2030.