Avances Biomédicos: La Fusión de Tecnología y Medicina para Sanar Heridas y Mentes



Diversos equipos de investigación están desarrollando tecnologías biomédicas que abordan complejos desafíos de salud.
En México, científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN), liderados por el doctor Eduardo San Martín Martínez, han creado una malla microscópica de nanofibras para funcionar como un sustituto de piel. Utilizando una técnica de electrohilado y colágeno extraído de residuos de piel de pollo y tilapia, el equipo produce un "andamio" que guía el crecimiento de nuevas células dérmicas. Este desarrollo está enfocado principalmente en el tratamiento de quemaduras graves y pie diabético, una complicación que a menudo lleva a amputaciones.
Además, estas nanofibras pueden cargarse con antibióticos para liberar el fármaco de manera localizada y sostenida, combatiendo infecciones y bacterias resistentes.
El equipo del IPN se encuentra en la fase de negociación de la patente y busca iniciar pruebas clínicas en hospitales. Paralelamente, en Estados Unidos, investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (NCSU) han diseñado un vendaje eléctrico delgado y de bajo costo que acelera la curación de heridas crónicas. El dispositivo se activa con agua, generando un campo eléctrico de 1.5 voltios que estimula la migración celular, promueve la formación de vasos sanguíneos y reduce la inflamación.
En pruebas con ratones diabéticos, las heridas tratadas con este vendaje sanaron un 30% más rápido que con apósitos convencionales.
Este avance promete ser una solución accesible para úlceras diabéticas que permite a los pacientes recibir tratamiento en casa.
En otro frente, la neurotecnología está logrando avances que parecen de ciencia ficción. Investigadores han desarrollado implantes cerebrales que pueden traducir pensamientos en palabras casi de forma instantánea en pacientes con enfermedad de Charcot, mientras que otros experimentos han permitido que personas paralíticas vuelvan a caminar mediante electrodos en la médula espinal. Estos progresos, impulsados por la inteligencia artificial y la miniaturización, también plantean dilemas éticos significativos, principalmente sobre la privacidad mental y el uso de estas tecnologías para mejorar capacidades cognitivas en personas sanas. Organismos como la UNESCO ya han emitido recomendaciones para la regulación de este campo emergente.





