
Implementación de la CURP con datos biométricos en México



El 16 de octubre de 2025 entró en vigor en México la nueva Clave Única de Registro de Población (CURP) con datos biométricos, consolidándose como un documento de identificación oficial válido en todo el territorio nacional.
Esta versión actualizada mantiene los 18 caracteres alfanuméricos tradicionales, pero incorpora por primera vez datos biométricos como huellas dactilares, escaneo del iris, fotografía digital y la firma del titular.
La reforma a la Ley General de Población también contempla la posibilidad de cambiar el dato de 'sexo' por 'género'.
El trámite para obtener esta nueva CURP es gratuito y, por ahora, voluntario.
Sin embargo, se ha anunciado que será un requisito obligatorio para realizar cualquier trámite oficial a partir de febrero de 2026.
Para tramitarla, los ciudadanos deben acudir de forma presencial a los módulos piloto, instalados en oficinas del Registro Civil y del Registro Nacional de Población (Renapo) en diversas entidades. Los requisitos generales son presentar una identificación oficial vigente, la CURP tradicional impresa y proporcionar un correo electrónico, aunque algunas fuentes añaden la necesidad de un acta de nacimiento certificada y un comprobante de domicilio reciente. Hasta agosto de 2025, alrededor de 27 millones de mexicanos ya habían realizado el trámite. El gobierno federal sostiene que esta medida busca fortalecer la seguridad, combatir la suplantación de identidad, facilitar la localización de personas desaparecidas y simplificar el acceso a servicios. Aunque su obligatoriedad no es inmediata, ya se solicita en trámites financieros, de salud, educativos, migratorios y para la inscripción a programas sociales. Se planea que la CURP biométrica se vincule con el Registro del Sistema Nacional de Salud y se centralice en una Plataforma Única de Identidad, gestionada por la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones. La iniciativa ha generado debate y preocupación en torno a la privacidad y la protección de datos. Partidos de oposición y analistas han advertido sobre los riesgos de que la información biométrica centralizada pueda ser utilizada con fines de vigilancia o espionaje, calificando la medida como un posible retroceso en materia de libertades civiles.
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