Explosiones y Fugas de Gas Sacuden a México y EE. UU., Evidenciando Riesgos en Infraestructura Energética

Una serie de explosiones y fugas de gas ocurridas el mismo día en Veracruz, Hidalgo y California, han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la infraestructura energética y los graves riesgos para la población.

Durante la jornada del jueves 11 de diciembre, distintos incidentes relacionados con gas y combustible en México y Estados Unidos dejaron múltiples heridos y daños materiales. En Ashland, California, una potente explosión de gas destruyó tres edificios y dejó a seis personas heridas, tres de ellas en estado grave. El siniestro en California ocurrió a las 9:35 a.m., después de que un equipo de construcción de la empresa Redgwick Construction dañara accidentalmente una línea subterránea de Pacific Gas & Electric (PG&E) mientras realizaba trabajos de excavación. A pesar de que el flujo de gas fue detenido a las 9:25 a.m., la explosión se produjo poco después, generando una bola de fuego que fue captada por cámaras de seguridad. Testigos describieron la escena "como un video de guerra".

Para contener las llamas fue necesario el despliegue de 75 bomberos.

Las autoridades investigan por qué la detonación sucedió tras el corte del suministro.

En México, esa misma noche, una explosión en un restaurante-bar en Cardel, Veracruz, dejó un saldo de cuatro personas lesionadas, quienes fueron trasladadas a un hospital. El incidente fue provocado por un cilindro de gas doméstico.

Aunque la causa oficial aún no se ha determinado, se sospecha que pudo deberse a una acumulación de gas.

Personal de bomberos y Protección Civil evacuaron a personas en las cercanías para prevenir mayores riesgos. Paralelamente, en Atotonilco de Tula, Hidalgo, se reportó una fuga de hidrocarburo en un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex), siendo la segunda contingencia de este tipo en la zona en menos de 48 horas. Este evento se enmarca en la problemática del robo de combustible en la entidad, que registró 1,918 tomas clandestinas entre enero y septiembre, equivalentes a una nueva perforación ilegal cada 3 horas y 25 minutos.