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Desmitificando la Insulina: La Realidad del Tratamiento de la Diabetes en México

En el marco del Día Mundial de la Diabetes, especialistas buscan derribar los mitos y temores que rodean el uso de la insulina, un tratamiento vital para más de 10 millones de personas en México que enfrentan esta enfermedad crónica.
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En México, donde más de 10 millones de personas viven con diabetes, persisten numerosos mitos y temores en torno al uso de la insulina, uno de los tratamientos más eficaces para controlar la enfermedad. Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, conmemorado cada 14 de noviembre, la Dra. Sandra Garduño, de la Fundación CTR, aclara que la insulina no es un castigo ni una señal de fracaso o de una “fase terminal”, sino un medicamento esencial que reemplaza la hormona que el cuerpo ya no puede producir o utilizar adecuadamente. Contrario a la creencia popular, el uso de insulina no genera dependencia ni daña el páncreas; por el contrario, ayuda a preservar las células que aún la producen y a mejorar el control metabólico general. La especialista explica que el ligero aumento de peso que algunos pacientes experimentan al inicio del tratamiento no se debe directamente al fármaco, sino a una mejor utilización de los nutrientes una vez que los niveles de glucosa se estabilizan. Asimismo, advierte sobre el riesgo de confiar en remedios no verificados, como los tés de la “planta de insulina”, ya que no existen evidencias científicas que respalden su eficacia y pueden llevar a complicaciones graves. El manejo de la diabetes varía según el tipo. Para las personas con diabetes tipo 1, la insulina es indispensable de por vida, mientras que en algunos casos de diabetes tipo 2, es posible reducir o suspender su uso mediante cambios en el estilo de vida, como una alimentación saludable y la práctica de actividad física. En este sentido, el ejercicio de fuerza se presenta como una herramienta clave, ya que ayuda a los músculos a utilizar mejor la glucosa, reduce la hemoglobina glicosilada y mejora la sensibilidad a la insulina. La falta de un tratamiento adecuado, a menudo retrasado por desinformación, tiene consecuencias graves para la salud y la economía.

Es fundamental estar atento a las señales de azúcar alta, como sed extrema, micción frecuente o fatiga, para buscar atención médica oportuna.

La educación y el acompañamiento profesional son cruciales para desmitificar tratamientos como la insulina y permitir que los pacientes mejoren su calidad de vida.

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