Doble Desafío para la Industria Automotriz Mexicana: Cae la Producción de Ligeros y Aumenta la Presión Regulatoria

La industria automotriz mexicana enfrenta un panorama complejo al cierre de 2025, con una notable contracción en la producción y exportación de vehículos ligeros, mientras el segmento de vehículos pesados lidia con nuevos desafíos regulatorios y de costos.

La producción y exportación de vehículos ligeros en México registraron una contracción durante los primeros once meses de 2025. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la fabricación de automóviles disminuyó un 1.46% interanual, totalizando 3.71 millones de unidades, mientras que las exportaciones cayeron un 1.6%, alcanzando 3.16 millones de vehículos. En contraste, las ventas en el mercado interno experimentaron un ligero aumento del 0.96%, con 1.37 millones de unidades vendidas. La tendencia a la baja se acentuó en noviembre, mes en el que la producción se desplomó un 8.36% y los envíos al extranjero un 3.45% en comparación con el mismo mes del año anterior. El descenso en la producción no fue uniforme entre todas las armadoras.

Honda reportó la caída más pronunciada, con una reducción del 19.3% en su fabricación interanual.

Otras empresas que también vieron disminuir su producción fueron Mazda (-15.7%), Volkswagen (-14%), Stellantis (-7.7%) y Mercedes Benz (-5%).

Por otro lado, Toyota se desmarcó de la tendencia general con un significativo incremento del 27.5%. Del total de vehículos producidos, los camiones ligeros representaron la mayor parte, con un 77.2%. Estas cifras, que provienen de 22 empresas afiliadas a la AMIA y otras seis compañías, reflejan un entorno de demanda interna débil e incertidumbre comercial, principalmente por la relación con Estados Unidos. Este retroceso en 2025 interrumpe tres años consecutivos de crecimiento que siguieron a los impactos de la pandemia.

La industria automotriz, que aporta cerca del 4% al PIB nacional y más del 20% al PIB manufacturero, enfrenta un escenario adverso.

Paralelamente, el sector de vehículos pesados, como camiones y autobuses, encara sus propios retos. Directivos de empresas como International, Mercedes-Benz Autobuses y Volvo Trucks han señalado que los cambios en las reglas de origen del T-MEC y la reforma aduanera exigen replantear las cadenas de suministro. Existe la preocupación de que importar un vehículo pueda resultar más económico que fabricarlo en México, lo que pone en riesgo la inversión y la generación de empleos, a pesar de oportunidades como la nueva planta de Volvo en Nuevo León y la creciente demanda de autobuses para la movilidad urbana.