Indulto a un Narcopresidente, Guerra a los Cárteles: La Sorprendente Contradicción en la Política de Trump



El presidente Donald Trump anunció a través de redes sociales su intención de otorgar un "indulto total y completo" al expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández (JOH), quien fue condenado en Estados Unidos a 45 años de prisión por cargos de tráfico de drogas y armas. La decisión ha generado una fuerte controversia y ha sido calificada como "inconcebible" y "una locura" por políticos y exagentes de la DEA, ya que expone una notable contradicción con la agresiva campaña militar que la administración Trump emprende contra los cárteles, la cual incluye ataques a embarcaciones en el Caribe que han causado más de 80 muertes y una intensa presión sobre Venezuela. Durante su juicio en Nueva York, la fiscalía demostró que Hernández orquestó una conspiración que durante más de 20 años permitió la introducción de aproximadamente 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos. El expresidente utilizó el poder del Estado hondureño para proteger a narcotraficantes a cambio de millones de dólares en sobornos, incluyendo un millón de dólares del capo mexicano Joaquín "El Chapo" Guzmán para financiar su campaña presidencial. Testigos declararon que Hernández llegó a jactarse de que iban a "meter las drogas en las narices de los gringos". Su condena en 2024 fue celebrada en Honduras como un acto de justicia contra la narcopolítica. Trump justificó su decisión argumentando que "muchos amigos" se lo pidieron y calificó el caso como una "persecución política" de la administración Biden. Sin embargo, gran parte de la investigación contra Hernández se desarrolló durante el primer mandato de Trump, e incluso uno de los fiscales principales del caso, Emil Bove, se convirtió posteriormente en abogado personal del presidente. La noticia del indulto, que hasta el momento del reporte no se había formalizado, ha puesto en duda la credibilidad de Estados Unidos en la lucha internacional contra el narcotráfico. La medida también se enmarca en la intervención de Trump en las próximas elecciones hondureñas, donde ha respaldado a Nasry "Tito" Asfura, candidato del mismo partido conservador de Hernández. La decisión ha sido denunciada por la oposición hondureña como una protección a un "narco-régimen".
Mientras tanto, Hernández, que no es ciudadano estadounidense, enfrenta una orden de arresto en Honduras en caso de ser liberado.











