El futuro de Tesla en juego: Accionistas deciden entre un pago récord para Musk y las crecientes dudas sobre la compañía



Los accionistas de Tesla se encuentran en una encrucijada, al decidir en su junta anual si aprueban un paquete salarial para el CEO Elon Musk que podría alcanzar hasta un billón de dólares, el más grande en la historia ejecutiva. La votación es vista como un referéndum sobre el liderazgo de Musk y su visión de transformar la compañía en un gigante de la inteligencia artificial y la robótica. Además del paquete salarial, los inversores también votarán sobre otras propuestas clave, incluyendo una posible inversión en la startup de IA de Musk, xAI, la eliminación del requisito de voto por mayoría calificada y la adopción de una política de neutralidad política. El plan de compensación está condicionado al cumplimiento de metas sumamente ambiciosas en los próximos 10 años. Estas incluyen que Tesla entregue 20 millones de vehículos, opere un millón de robotaxis, alcance 10 millones de suscriptores a su software de conducción autónoma y logre una capitalización de mercado de 8.5 billones de dólares, partiendo de los 1.5 billones actuales. La junta directiva, presidida por Robyn Denholm, argumenta que el paquete es necesario para retener a Musk y asegurar la estabilidad a largo plazo de la empresa, mientras que el propio Musk ha insistido en que necesita aumentar su participación al 25% para mantener una "influencia considerable". A pesar del respaldo de la junta, la propuesta enfrenta una oposición significativa.
Inversores institucionales como el fondo soberano de Noruega y las firmas de asesoría de voto Glass Lewis e Institutional Shareholder Services se han manifestado en contra, calificando el paquete de excesivo. Las críticas surgen en un momento delicado para Tesla, que enfrenta una caída en las ventas y una imagen de marca deteriorada. Las ventas en Alemania, por ejemplo, disminuyeron más del 50% en octubre, una caída atribuida al apoyo de Musk a políticos de extrema derecha. De manera similar, su respaldo a Donald Trump ha afectado la popularidad de la marca en mercados clave como California, mientras que en China, competidores locales como BYD están ganando terreno. Los críticos, como el inversor Ross Gerber, argumentan que la atención de Musk está cada vez más dividida entre sus empresas y que ha desviado a Tesla de su misión original de energía sostenible. Aunque la junta ha advertido que Musk podría renunciar si el paquete no se aprueba, algunos analistas consideran esta amenaza "inverosímil". La aprobación del paquete sería un voto de confianza en la capacidad de Musk para obrar "milagros", mientras que un rechazo podría generar incertidumbre sobre el futuro de la compañía.

