El 'Nuevo Tabaco': Expertos Exigen Regulación Gubernamental ante la Crisis de Alimentos Ultraprocesados



Un equipo internacional de 43 expertos, a través de un especial en la revista científica The Lancet, ha calificado a los alimentos ultraprocesados como "el nuevo tabaco", señalando un problema de salud pública de primer orden.
Estos productos son formulaciones industriales diseñadas para ser rentables y apetecibles, pero nutricionalmente desequilibradas, con alto contenido de azúcares, grasas saturadas y sal, y bajos en fibra y proteína.
Ejemplos comunes incluyen refrescos, papas fritas, galletas y cereales endulzados.
El consumo de estos alimentos está desplazando las dietas tradicionales a nivel mundial.
En México y Brasil, la contribución energética de los ultraprocesados en la dieta aumentó del 10% al 23% en las últimas cuatro décadas. En España, la cifra casi se triplicó, pasando del 11% al 31.7%, mientras que en países como Estados Unidos y el Reino Unido ya supera el 50%.
La evidencia científica vincula este patrón alimentario con un mayor riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, cáncer, enfermedad renal crónica y depresión.
Ante esta crisis, los expertos argumentan que la responsabilidad no puede recaer únicamente en los consumidores.
Proponen una regulación gubernamental estricta, similar a la aplicada al tabaco.
Las medidas sugeridas incluyen un etiquetado frontal visible que advierta sobre los riesgos para la salud, la restricción de su publicidad y la eliminación de estos productos de escuelas y hospitales. Además, plantean la aplicación de impuestos más altos, cuya recaudación se destine a subsidiar el acceso a alimentos frescos como frutas y verduras para los hogares con menos recursos. Los estudios también revelan que el auge de los ultraprocesados es impulsado por influyentes corporaciones multinacionales que utilizan ingredientes baratos y mercadotecnia agresiva para maximizar sus ganancias.
Estas empresas emplean tácticas políticas, como el cabildeo y donaciones, para bloquear regulaciones y proteger sus intereses.
Por ello, los autores concluyen que es urgente una respuesta sanitaria global coordinada para promover sistemas alimentarios centrados en la salud, la equidad y la sostenibilidad.










