Europa cierra filas con Ucrania ante el controvertido plan de paz de EE. UU.

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, se reunió con sus principales aliados europeos en Londres para consolidar una postura unificada frente a un plan de paz estadounidense que ha generado escepticismo, particularmente por la propuesta de ceder territorio a Rusia.

El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, se reunió en Londres con los líderes de Reino Unido, Alemania y Francia para mostrar un frente unido, tras las críticas del presidente estadounidense, Donald Trump, y en medio de negociaciones sobre un plan de paz propuesto por Washington que ha encontrado escepticismo en Europa. La reunión, calificada como un “momento decisivo”, se produjo después de que conversaciones en Miami entre funcionarios ucranianos y estadounidenses concluyeran sin avances significativos. El punto central de la discordia es la propuesta estadounidense que plantea que Ucrania ceda la región del Donbás a Rusia a cambio de un cese al fuego. El presidente Trump expresó su frustración, acusando a Zelenskyy de no haber leído la propuesta y sugiriendo que Moscú estaba satisfecho con ella.

En respuesta, Zelenskyy afirmó que, por ley y moral, no tiene "ningún derecho" de ceder territorio ucraniano, una postura respaldada por sus socios europeos.

El primer ministro británico, Keir Starmer, aseguró que no presionaría al mandatario ucraniano para aceptar el acuerdo.

Durante el encuentro en Downing Street, los líderes europeos manifestaron sus reservas.

El canciller alemán, Friedrich Merz, se declaró "escéptico" sobre algunos detalles del plan, mientras que el presidente francés, Emmanuel Macron, subrayó la necesidad de lograr una "convergencia" entre las posiciones de Europa, Ucrania y Estados Unidos. Zelenskyy reconoció la importancia de ambos socios al afirmar que hay asuntos que no se pueden gestionar sin los estadounidenses y otros sin Europa.

Además de la cuestión territorial, Ucrania busca garantías de seguridad claras por parte de sus aliados occidentales, preguntando qué harían si Rusia iniciara una nueva agresión. Esta cumbre diplomática ocurre mientras el Kremlin elogia una nueva estrategia de seguridad de EE.

UU. que ya no califica a Rusia como una amenaza, lo que genera inquietud en Europa.

Mientras tanto, Rusia ha intensificado sus ataques con drones y misiles contra la infraestructura ucraniana.