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Negociaciones Avanzan, pero la Frontera Sigue Cerrada: La Lucha de México Contra el Gusano Barrenador

A pesar del optimismo y los avances significativos en las negociaciones con Estados Unidos, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) confirmó que aún no hay fecha para reanudar la exportación de ganado mexicano, suspendida por la plaga del gusano barrenador.
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El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural, Julio Berdegué Sacristán, informó que, si bien las negociaciones con su homóloga estadounidense, Brooke Rollins, son intensas y han mostrado un "avance significativo", todavía no existen las condiciones para anunciar una fecha de reapertura de la frontera de Estados Unidos a la exportación de ganado mexicano. Dicha exportación fue suspendida desde mayo debido a un brote de la plaga del gusano barrenador.

A pesar de la falta de una fecha concreta, el secretario Berdegué se mostró "muy optimista" sobre el diálogo en curso. Las autoridades mexicanas han concentrado sus esfuerzos en contener la plaga, que ha estado presente en el territorio nacional durante 11 meses.

Según la Sader, el 99.9% de los casos se ha mantenido en los estados del sur y sureste del país, específicamente al sur del Istmo de Tehuantepec. La erradicación total de la plaga se considera factible una vez que se incremente la capacidad de producción de moscas estériles, una herramienta clave para el control biológico del insecto. Para lograr este objetivo, se está construyendo una nueva planta de producción de moscas estériles en Chiapas, la cual presenta un avance cercano al 30%. Se espera que esta instalación produzca 100 millones de moscas adicionales. Adicionalmente, México y Estados Unidos han acordado probar por primera vez en el mundo un sistema innovador de plantas modulares, pequeñas y móviles, que podrían generar hasta 20 millones de moscas estériles adicionales por semana, acelerando potencialmente la erradicación. Un informe detalló que para el 1 de octubre se habían contabilizado 7,437 casos de la plaga, afectando principalmente a bovinos, pero también a otras especies animales e incluso a humanos.

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Los impresentables

A raíz de la llegada de Morena al poder, los estados gobernados por el oficialismo han dejado de ser el coto de figuras influyentes —que durante los años de la transición a la democracia tenían los tamaños y la independencia de criterio incluso para discrepar de la Presidencia de República— y se han convertido en el terruño de simples comisarios políticos del “movimiento” gobernante, bajo la tutela de Palacio Nacional. Esa posición de menor poder les da, sin embargo, cierta ventaja a los actuales gobernadores sobre quienes los precedieron: no corren el riesgo de perder su posición por algún escándalo derivado de su incapacidad para ejercer el cargo. Hasta ahora, ningún mandatario estatal vinculado con la autollamada Cuarta Transformación se ha visto en ese dilema. Es más, los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum han dado muchas veces la cara para librarlos de asuntos indefendibles. Aceptar la caída de uno de los suyos significa una mancha para todo el “movimiento”. Así, se han enraizado muchos impresentables en los gobiernos de los estados. Ahí está, por ejemplo, el sinaloense Rubén Rocha Moya, cuyo gobierno mintió descaradamente sobre los hechos del 25 de julio de 2024, cuando ocurrió el secuestro y entrega a Estados Unidos del narcotraficante Ismael El Mayo Zambada. Ese día, fue asesinado, en el mismo hecho, el diputado federal electo y exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa Héctor Melesio Cuén, pero la fiscalía estatal quiso engañar a la opinión pública, haciéndole creer que fue víctima de un asalto en una gasolinería. Rocha, cuyo estado lleva 14 meses continuos de violencia extrema, por una guerra desatada entre las dos facciones del Cártel de Sinaloa, no ha tenido empacho en emitir declaraciones insensibles, como felicitar a los ciudadanos que salieron a manifestarse contra él o llamar “meserita” a una diputada que acaba de nombrar como secretaria de Gobierno, en un enroque de gabinete que se hizo necesario cuando se descubrió que uno de sus secretarios era dueño de un bar donde desapareció un joven duranguense que estaba de vacaciones en Mazatlán con su familia. Está también la zacatecana Rocío Nahle, quien gobierna Veracruz, autora de muchas expresiones nada empáticas, como decir que una maestra jubilada, quien trabajaba como taxista para completar su pensión, había muerto de un paro cardiaco, para matizar el hecho de que fue asesinada por una banda criminal que la secuestró. O como decir que el río Cazones, cuyo desbordamiento provocó una inundación histórica en Poza Rica, sólo se había salido de su cauce de forma “leve”. Asimismo, el mandatario poblano Alejandro Armenta, quien amenazó con expropiar los terrenos de un grupo empresarial si no se los donaba a su gobierno para construir viviendas para policías. “No vine a quedar bien con los ricos”, dijo, esa vez, quien luego fletó un avión privado para viajar con su familia a EU. No menos polémicos han sido sus intentos de censurar y criminalizar la crítica legítima en redes sociales, así como la manera en que ha estigmatizado a periodistas independientes. Pero de todos ellos, el que se ha convertido en el lastre mayor del oficialismo es el michoacano Alfredo Ramírez Bedolla, en cuya administración han matado ya a siete alcaldes, entre ellos Carlos Manzo Rodríguez, de Uruapan, asesinado el sábado pasado, y de quien se burló cuando éste afirmó que, ante el incremento de la violencia en su demarcación y la escasa ayuda que había recibido de los gobiernos estatal y federal, su policía se vería obligada a abatir a los criminales que representaran una amenaza a ciudadanos inocentes. “Entonces qué, mi presi, ¿a cuántos delincuentes has abatido?”, se mofó Ramírez Bedolla, a quien, desde el homicidio de Manzo, se le ha exigido la renuncia en concurridas y ruidosas manifestaciones. Pero nada tienen que temer esos y otros gobernadores —como la campechana Layda Sansores—, porque cuentan con el manto protector del “movimiento de transformación”. Mientras signan solícitos, firmando los desplegados de apoyo que se espera de ellos en la Ciudad de México, su cargo estará seguro y no importará el repudio que han ido cosechando por su soberbia, su indolencia y su ineptitud. Columnista: Pascal Beltrán del RíoImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0

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