Soberanía y revés político: El contundente 'No' de Ecuador a las propuestas de Daniel Noboa



El presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, enfrentó una dura derrota electoral en el referéndum del domingo, donde los ciudadanos rechazaron de manera contundente las cuatro preguntas propuestas por su gobierno. La consulta popular, que convocó a casi 14 millones de electores, resultó en una victoria para el 'No', un resultado sorpresivo que contradijo a las encuestas previas y representa un significativo golpe para el mandatario. Las dos iniciativas con mayor rechazo fueron la posibilidad de instalar bases militares extranjeras, prohibidas por la Constitución de 2008, y la convocatoria a una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Carta Magna. Según datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), el 'No' a las bases militares obtuvo más del 60% de los votos, mientras que la negativa a una nueva Constitución superó el 61%. Las otras dos preguntas, que buscaban eliminar el financiamiento público a los partidos políticos y reducir el número de asambleístas de 151 a 73, también fueron rechazadas con un 58% y un 53.47% respectivamente. Tras conocerse los resultados, el presidente Noboa reconoció la derrota a través de un mensaje en la red social X, afirmando que respeta la voluntad del pueblo ecuatoriano, aunque aseguró que su compromiso en la lucha contra el crimen organizado se mantiene con las herramientas disponibles. Por su parte, la excandidata presidencial Luisa González celebró el resultado, declarando que "la patria venció al odio y derrotó a la prepotencia".
El resultado del referéndum trascendió las fronteras de Ecuador. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, calificó el rechazo a las bases militares estadounidenses como la expresión de un "sentimiento en América Latina" en contra de la presencia militar extranjera y a favor de la soberanía regional. Sheinbaum enmarcó la decisión del pueblo ecuatoriano en un contexto histórico de la región, que prefiere fortalecer sus propios mecanismos de seguridad sin recurrir a lo que podría considerarse intervencionismo.











