De Término Despectivo a Celebración Global: La Evolución del Día del Otaku



El 15 de diciembre se celebra el Día Mundial del Otaku, una conmemoración no oficial pero ampliamente popularizada en redes sociales, donde los seguidores del manga, el anime, el cosplay y otros aspectos de la cultura pop japonesa rinden homenaje a su afición.
Esta fecha se ha convertido en una oportunidad para que la comunidad comparta su pasión y celebre una identidad cultural que ha trascendido fronteras.
El origen de la celebración está ligado a la historia del propio término. Aunque la palabra "otaku" existía en el japonés como un pronombre formal para decir "usted" o referirse a la casa de otra persona, su significado moderno se consolidó el 15 de diciembre de 1983. En ese día, el periodista Akio Nakamori publicó un artículo en la revista Burikko donde usó el término para describir de forma despectiva a los fanáticos obsesivos del anime y el manga, caracterizándolos como personas socialmente retraídas, de manera similar al término "friki" en otros países. Con el tiempo, la connotación de la palabra ha evolucionado significativamente.
Si bien en Japón aún puede tener un matiz negativo, en Occidente y países como México, "otaku" fue adoptado por los propios aficionados como una etiqueta de orgullo que describe a un fan entusiasta.
El término ya no se limita a los seguidores del anime, sino que abarca a cualquier persona con una afición intensa por videojuegos, música japonesa y otros elementos culturales.
Las celebraciones actuales son diversas.
Muchos optan por organizar maratones de películas de anime clásicas, leer manga o desempolvar sus trajes de cosplay.
Sin embargo, gran parte de la conmemoración ocurre en el espacio digital, donde se comparten imágenes, hashtags y memes. El humor es un componente clave, y la comunidad ha resignificado estereotipos, como la broma recurrente de que los otakus no se bañan, transformándola en una forma de autoironía que se comparte entre amigos y conocidos, ampliando el alcance de la celebración.





