Industria automotriz en vilo: Fabricantes y gobiernos piden certidumbre ante la revisión del T-MEC



La industria automotriz de Norteamérica enfrenta un momento decisivo con la próxima revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Tanto los fabricantes estadounidenses como los japoneses han unido sus voces para solicitar a las autoridades comerciales que mantengan las reglas actuales del acuerdo, advirtiendo que cualquier alteración podría desestabilizar la competitividad regional, frenar inversiones y, en última instancia, aumentar el precio de los vehículos para los consumidores. La Asociación de Fabricantes de Automóviles de Japón (JAMA), que representa a empresas como Nissan, Toyota y Honda, comunicó a la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) la importancia de la integración productiva. Con inversiones que superan los 87,000 millones de dólares y una red de 42 plantas en los tres países, JAMA subraya que el T-MEC ha permitido una planificación a largo plazo que mantiene los precios accesibles. Modificar el tratado, afirman, pondría en riesgo esta estructura y encarecería los autos a niveles insostenibles, una preocupación compartida por la asociación de concesionarios internacionales (AIADA). De manera similar, el Consejo Americano de Política Automotriz (AAPC), que agrupa a General Motors, Ford y Stellantis, urgió a no incrementar las reglas de origen, actualmente fijadas en un 75% de Valor de Contenido Regional (VCR). El AAPC argumenta que elevar este umbral haría insostenible la competitividad de los fabricantes estadounidenses, perjudicando las exportaciones y la producción. Señalan que muchos fabricantes de fuera de la región ya prefieren pagar el arancel del 2.5% de la OMC en lugar de cumplir con las estrictas reglas del T-MEC.
Esta incertidumbre ya tiene efectos en México.
En San Luis Potosí, el secretario de Economía, Jesús Salvador González Martínez, reveló que al menos 12 proyectos de inversión están en espera de que se definan con claridad las reglas del tratado. La certidumbre es crucial para un estado donde el 70% de su economía depende de la manufactura automotriz.
Mientras tanto, el sindicato estadounidense UAW mantiene una postura contraria, acusando a México de incumplir obligaciones laborales y buscando una reescritura completa del acuerdo.













