
Lesiones de Raphinha y Joan García merman al FC Barcelona



El club catalán confirmó este viernes las bajas del delantero brasileño Raphinha y del portero Joan García. Ambos jugadores, que fueron titulares, se lesionaron durante el partido de LaLiga del pasado jueves contra el Oviedo, en el que el Barça se impuso 3-1. Las lesiones se anuncian a solo cinco días de un importante duelo de Liga de Campeones contra el París Saint-Germain. Según los servicios médicos del club, Raphinha padece una lesión en el tercio medio del bíceps femoral del muslo derecho, lo que le mantendrá alejado de los terrenos de juego por aproximadamente tres semanas. Por su parte, la situación de Joan García es más delicada, ya que presenta una rotura del menisco interno de la rodilla izquierda. El guardameta será sometido a una artroscopia este sábado y su tiempo de recuperación se estima entre cuatro y seis semanas.
Estas ausencias representan un duro golpe para el equipo dirigido por el entrenador alemán Hansi Flick. Joan García, llegado en el verano desde el RCD Espanyol, se había consolidado como el portero titular ante la lesión del capitán Marc-André Ter Stegen. Ahora, la portería blaugrana será defendida por el veterano polaco Wojciech Szczesny. La enfermería del club ya contaba con Gavi, fuera por varios meses, y Fermín López, lo que aumenta la preocupación en el cuerpo técnico. El calendario inmediato del Barcelona incluye un enfrentamiento contra la Real Sociedad en LaLiga este domingo y la recepción al PSG el miércoles. Además, con el Clásico contra el Real Madrid programado para el 26 de octubre, la participación de García está prácticamente descartada, mientras que Raphinha tendría muy complicado llegar en óptimas condiciones. La buena noticia para Flick es el regreso a los entrenamientos de Lamine Yamal y Alejandro Balde, quienes podrían recibir el alta médica próximamente.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó polémica al amenazar con retirar partidos del Mundial 2026 a ciudades gobernadas por demócratas, como Seattle y San Francisco, si las considera inseguras. Durante su mensaje desde el Despacho Oval, Trump dijo: "Si creemos que alguna ciudad puede ser siquiera un poco peligrosa para el Mundial (...) dado que se juega en tantas sedes, no lo permitiremos. Moveremos un poco las cosas. Pero espero que no sea necesario". Trump hizo especial énfasis en Seattle y San Francisco, señalando que están gobernadas por lo que llamó "lunáticos de la izquierda radical que no saben lo que se hacen". Estas declaraciones generaron preocupación entre autoridades locales y aficionados, ya que ambas ciudades tienen estadios programados para recibir partidos del torneo. El Lumen Field de Seattle, hogar de los Seattle Seahawks de la NFL, albergará seis partidos del Mundial 2026. Por su parte, el Levi's Stadium, ubicado en Santa Clara y sede de los San Francisco 49ers, también será escenario de seis encuentros. Estos recintos son parte de las 11 sedes que Estados Unidos compartirá con México y Canadá en la organización del torneo. Trump también mencionó que medidas similares podrían aplicarse para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, lo que amplió la polémica sobre la seguridad y la gestión de eventos deportivos de gran magnitud en ciudades gobernadas por demócratas. Aunque Estados Unidos coorganiza el Mundial 2026, Trump no tiene autoridad legal para cambiar la sede de ningún partido. Sin embargo, el mandatario mantiene una relación cercana con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien sí tiene la capacidad de tomar decisiones sobre los lugares donde se jugarán los encuentros. Otras ciudades estadounidenses que recibirán partidos, como Los Ángeles, Nueva York, Atlanta, Houston, Boston o Philadelphia, también están gobernadas por demócratas, lo que podría generar más tensiones si el presidente decide intervenir o presionar para modificar sedes. El sorteo de la Copa del Mundo 2026 se realizará el próximo 5 de diciembre en Washington, con la asistencia prevista de Trump. La expectativa es conocer los grupos y enfrentar posibles disputas sobre la seguridad en las ciudades seleccionadas, un tema que ha ganado relevancia tras las declaraciones del mandatario. Analistas señalan que, más allá de la retórica política, cualquier cambio de sede sería complejo y requeriría de negociaciones internacionales, ya que el Mundial es un evento con reglas estrictas de organización y planificación a largo plazo.


