México impulsa el autocuidado por ley para combatir la resistencia a los antibióticos



Como parte de una estrategia nacional para frenar la resistencia a los antimicrobianos (RAM), calificada como una de las diez principales amenazas para la salud mundial por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Senado mexicano presentó una reforma a la Ley General de Salud. Anunciada durante la Semana Mundial de Concienciación sobre la Resistencia a los Antimicrobianos 2025, la iniciativa incorpora por primera vez el concepto de autocuidado, definido por la OMS, con el fin de promover el uso responsable de los antibióticos. El consumo inadecuado de estos medicamentos acelera la aparición de microorganismos resistentes, lo que complica el tratamiento de infecciones comunes. Según estimaciones internacionales citadas en el Senado, la RAM ya provoca 1.27 millones de muertes al año a nivel global, y la cifra podría ascender a 10 millones anuales para 2050 si no se toman medidas efectivas. La OMS también ha señalado que la prevalencia de la RAM aumentó más del 40% entre 2018 y 2023, y la pandemia de covid-19 evidenció el grave impacto de las infecciones difíciles de tratar. La reforma establece que la Secretaría de Salud deberá garantizar que las instituciones del Sistema Nacional de Salud promuevan una cultura de autocuidado mediante programas de educación orientados a la prevención. El senador Emmanuel Reyes Carmona, impulsor de la propuesta, afirmó que la iniciativa pone a México “a la vanguardia legislativa” y evoluciona el sistema de salud hacia un modelo “más proactivo y centrado en el bienestar”. Legisladores destacaron que fortalecer la alfabetización sanitaria es crucial, especialmente ante el aumento de enfermedades respiratorias en el país. Para visibilizar el compromiso político, el edificio del Senado se iluminó de color azul, símbolo internacional de la lucha contra la RAM. Con esta medida, México busca sentar un precedente en la región, promoviendo el autocuidado informado como una herramienta fundamental para proteger la efectividad de los tratamientos antimicrobianos para las futuras generaciones. Los expertos coinciden en que el éxito de esta estrategia requerirá la coordinación entre gobiernos, profesionales sanitarios, la industria farmacéutica y la ciudadanía.











