
Aaron Rodgers



Aaron Rodgers lideró a los Steelers de Pittsburgh a su segunda victoria de la temporada (2-1) al vencer 21-14 a los Patriots de Nueva Inglaterra (1-2), en un partido donde el veterano mariscal de campo alcanzó un hito histórico. Con sus dos pases de anotación en el encuentro, Rodgers llegó a 510 en su carrera, superando a Brett Favre (508) para convertirse en el cuarto mariscal de campo con más pases de touchdown en la historia de la NFL. Adicionalmente, rebasó las 63,440 yardas por aire de Philip Rivers, colocándose como el sexto mejor de todos los tiempos en ese rubro. La victoria de los Steelers se selló a 2:16 minutos del final, cuando Rodgers conectó un pase de touchdown de 17 yardas con Calvin Austin III.
En total, el mariscal completó el partido con 139 yardas y dos anotaciones; la otra fue para DK Metcalf. El corredor Kenneth Gainwell también contribuyó con un touchdown terrestre de una yarda para Pittsburgh. Este triunfo fue significativo para los Steelers, ya que fue el primero que consiguen en Foxborough, casa de los Patriots, desde el año 2008. La defensiva de Pittsburgh fue un factor determinante en el resultado, al forzar cinco pérdidas de balón por parte de los Patriots. Esta fue la primera vez que Nueva Inglaterra cometió cinco entregas en un partido desde 2008, curiosamente también contra Pittsburgh.
El mariscal de los Patriots, Drake Maye, terminó con 268 yardas, dos touchdowns —ambos a Hunter Henry—, una intercepción y un balón suelto. Por su parte, Rhamondre Stevenson perdió el balón dos veces y Antonio Gibson una vez.
Dos de estas entregas ocurrieron en la yarda 2 de los Steelers. La última oportunidad de los Patriots para empatar terminó en la yarda 28 de Pittsburgh, cuando en cuarta y uno, DeMario Douglas fue detenido tras la línea de golpeo.
Artículos
7






Deportes
Ver más
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó polémica al amenazar con retirar partidos del Mundial 2026 a ciudades gobernadas por demócratas, como Seattle y San Francisco, si las considera inseguras. Durante su mensaje desde el Despacho Oval, Trump dijo: "Si creemos que alguna ciudad puede ser siquiera un poco peligrosa para el Mundial (...) dado que se juega en tantas sedes, no lo permitiremos. Moveremos un poco las cosas. Pero espero que no sea necesario". Trump hizo especial énfasis en Seattle y San Francisco, señalando que están gobernadas por lo que llamó "lunáticos de la izquierda radical que no saben lo que se hacen". Estas declaraciones generaron preocupación entre autoridades locales y aficionados, ya que ambas ciudades tienen estadios programados para recibir partidos del torneo. El Lumen Field de Seattle, hogar de los Seattle Seahawks de la NFL, albergará seis partidos del Mundial 2026. Por su parte, el Levi's Stadium, ubicado en Santa Clara y sede de los San Francisco 49ers, también será escenario de seis encuentros. Estos recintos son parte de las 11 sedes que Estados Unidos compartirá con México y Canadá en la organización del torneo. Trump también mencionó que medidas similares podrían aplicarse para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, lo que amplió la polémica sobre la seguridad y la gestión de eventos deportivos de gran magnitud en ciudades gobernadas por demócratas. Aunque Estados Unidos coorganiza el Mundial 2026, Trump no tiene autoridad legal para cambiar la sede de ningún partido. Sin embargo, el mandatario mantiene una relación cercana con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien sí tiene la capacidad de tomar decisiones sobre los lugares donde se jugarán los encuentros. Otras ciudades estadounidenses que recibirán partidos, como Los Ángeles, Nueva York, Atlanta, Houston, Boston o Philadelphia, también están gobernadas por demócratas, lo que podría generar más tensiones si el presidente decide intervenir o presionar para modificar sedes. El sorteo de la Copa del Mundo 2026 se realizará el próximo 5 de diciembre en Washington, con la asistencia prevista de Trump. La expectativa es conocer los grupos y enfrentar posibles disputas sobre la seguridad en las ciudades seleccionadas, un tema que ha ganado relevancia tras las declaraciones del mandatario. Analistas señalan que, más allá de la retórica política, cualquier cambio de sede sería complejo y requeriría de negociaciones internacionales, ya que el Mundial es un evento con reglas estrictas de organización y planificación a largo plazo.


