
Steelers vencen a Vikings en histórico partido de la NFL en Irlanda



En un evento histórico para la NFL, los Pittsburgh Steelers se impusieron 24-21 a los Minnesota Vikings durante la semana 4 de la temporada, en el primer partido oficial disputado en el Croke Park de Dublín. Con este resultado, los Steelers mejoraron su marca a tres victorias y una derrota, mientras que los Vikings quedaron con un récord de dos triunfos y dos derrotas.
El equipo de Pittsburgh, comandado por el mariscal de campo Aaron Rodgers, mostró un sólido desempeño ofensivo. Rodgers completó 18 de 22 pases para 200 yardas y una anotación.
El ataque terrestre fue liderado por Kenneth Gainwell, quien consiguió 99 yardas en 19 acarreos y anotó dos touchdowns. La jugada más destacada por aire fue una recepción de DK Metcalf que convirtió en un touchdown de 80 yardas. La defensiva también fue un factor clave, logrando seis capturas y dos intercepciones sobre el mariscal de Minnesota, Carson Wentz.
Aunque los Steelers llegaron a tener una ventaja de 21-6, el partido tuvo un cierre dramático. Los Vikings lograron una remontada en el último cuarto, acercándose a solo tres puntos gracias a las anotaciones de Zavier Scott y Jalen Nailor. Minnesota tuvo la oportunidad de empatar o ganar en los últimos minutos, pero la defensiva de Pittsburgh detuvo el avance final, asegurando la victoria al desviar un pase con 14 segundos en el reloj. Este encuentro tuvo un significado especial para los Steelers, ya que la familia Rooney, propietaria del equipo, tiene ascendencia irlandesa.
Si bien fue el primer juego de temporada regular en el país, los Steelers ya habían disputado un partido de pretemporada en Dublín en 1997 contra los Chicago Bears. El evento forma parte de la estrategia de expansión internacional de la NFL, que incluye otros partidos en ciudades como Londres, Berlín y Madrid.
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, generó polémica al amenazar con retirar partidos del Mundial 2026 a ciudades gobernadas por demócratas, como Seattle y San Francisco, si las considera inseguras. Durante su mensaje desde el Despacho Oval, Trump dijo: "Si creemos que alguna ciudad puede ser siquiera un poco peligrosa para el Mundial (...) dado que se juega en tantas sedes, no lo permitiremos. Moveremos un poco las cosas. Pero espero que no sea necesario". Trump hizo especial énfasis en Seattle y San Francisco, señalando que están gobernadas por lo que llamó "lunáticos de la izquierda radical que no saben lo que se hacen". Estas declaraciones generaron preocupación entre autoridades locales y aficionados, ya que ambas ciudades tienen estadios programados para recibir partidos del torneo. El Lumen Field de Seattle, hogar de los Seattle Seahawks de la NFL, albergará seis partidos del Mundial 2026. Por su parte, el Levi's Stadium, ubicado en Santa Clara y sede de los San Francisco 49ers, también será escenario de seis encuentros. Estos recintos son parte de las 11 sedes que Estados Unidos compartirá con México y Canadá en la organización del torneo. Trump también mencionó que medidas similares podrían aplicarse para los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028, lo que amplió la polémica sobre la seguridad y la gestión de eventos deportivos de gran magnitud en ciudades gobernadas por demócratas. Aunque Estados Unidos coorganiza el Mundial 2026, Trump no tiene autoridad legal para cambiar la sede de ningún partido. Sin embargo, el mandatario mantiene una relación cercana con Gianni Infantino, presidente de la FIFA, quien sí tiene la capacidad de tomar decisiones sobre los lugares donde se jugarán los encuentros. Otras ciudades estadounidenses que recibirán partidos, como Los Ángeles, Nueva York, Atlanta, Houston, Boston o Philadelphia, también están gobernadas por demócratas, lo que podría generar más tensiones si el presidente decide intervenir o presionar para modificar sedes. El sorteo de la Copa del Mundo 2026 se realizará el próximo 5 de diciembre en Washington, con la asistencia prevista de Trump. La expectativa es conocer los grupos y enfrentar posibles disputas sobre la seguridad en las ciudades seleccionadas, un tema que ha ganado relevancia tras las declaraciones del mandatario. Analistas señalan que, más allá de la retórica política, cualquier cambio de sede sería complejo y requeriría de negociaciones internacionales, ya que el Mundial es un evento con reglas estrictas de organización y planificación a largo plazo.


