Tensión en Carolina del Norte: Redadas migratorias desatan controversia y respuesta diplomática de México



La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, confirmó la detención de cinco connacionales durante un operativo migratorio realizado el fin de semana en Carolina del Norte. La mandataria aseguró que el Consulado General de México en Raleigh ya estableció contacto con los detenidos para brindarles asistencia legal y protección consular, y reiteró que la protección de los mexicanos en el exterior es una prioridad para su administración. El operativo, llamado “La Telaraña de Charlotte” (‘Charlotte’s Web’), fue ejecutado por la Patrulla Fronteriza y autoridades del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), resultando en el arresto de al menos 81 personas, entre ellas mexicanos y hondureños. La acción se concentró en Charlotte, la ciudad más grande de un estado que alberga a cerca de un millón de inmigrantes, de los cuales más del 20% son de origen mexicano. El DHS justificó las redadas argumentando que se enfocaron en “criminales extranjeros ilegales” que se refugian en la zona bajo “políticas santuario”, y mencionó que casi 1,400 órdenes de detención migratoria no se han cumplido. Sin embargo, esta versión fue contradicha por el gobernador de Carolina del Norte, Josh Stein, quien afirmó que “la vasta mayoría” de los detenidos no tiene antecedentes criminales. Stein también instó a la población a grabar el actuar de los agentes federales y a manifestarse de forma pacífica. El operativo provocó protestas de cientos de ciudadanos en Charlotte contra la presencia de ICE y la Patrulla Fronteriza (CBP), similares a las ocurridas en ciudades como Los Ángeles, Chicago y Portland. En redes sociales se difundió el caso de Willy Aceituno, un ciudadano estadounidense nacido en Honduras, quien denunció un trato agresivo por parte de los agentes a pesar de tener sus documentos en regla. El DHS respondió acusándolo de “comportamiento errático”.
Estas acciones se suman a ofensivas migratorias recientes en Los Ángeles en junio y en Chicago en septiembre, como parte de una estrategia federal para reforzar la vigilancia migratoria.












